Psicólogos en Oviedo.
Los psicólogos estamos acostumbrados a leer entre líneas. A veces la cara de un paciente dice algo más que sus palabras. Muchos psicólogos en Oviedo, como en otras partes del mundo, pueden corroborarlo. Sin embargo, esto puede no ser así siempre, y especialmente si nuestro paciente viene de muy lejos.
En principio, no hace falta ser psicólogo para interpretar una expresión facial. Cualquiera diría que sabe reconocer un gesto de asco o de alegría en la cara de otra persona. El viejo adagio popular que nos asegura que la cara es el espejo del alma tal vez siga siendo cierto. Lo que ya no parece tan seguro es que la cara refleje del mismo modo las distintas emociones en todas partes del mundo.
Según un reciente estudio publicado por la prestigiosa revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, la universalidad de ciertos gestos faciales ha quedado puesta en cuestión.
Hasta la fecha se consideraba que las expresiones y gestos faciales más comunes eran un rasgo biológico de carácter unviersal en la especie humana, producto en buena parte de la evolución. Al menos, algo así sostenía la llamada Teoría de las Emociones Básicas postulada por Paul Ekman hacia 1960. Sin embargo, esta teoría podría verse seriamente comprometida por el estudio realizado ahora. Un estudio del que en Vivat Psicólogos Oviedo, hemos tenido noticia gracias a la participación de la Universidad Autónoma de Madrid.
Las investigaciones realizadas en comunidades indígenas de las islas Trobriand en Papúa Nueva Guinea, que viven prácticamente en aislamiento de otras comunidades, ha venido a demostrar que existe un fuerte componente cultural, y por lo tanto variable, de una sociedad a otra, en el modo en cómo expresamos nuestras emociones a través de muecas o expresiones faciales.
El hecho de que los habitantes de esas islas de la melanesia vivan en comunidades aisladas, ha permitido la realización de este estudio. Sin embargo, es curioso como en esas sociedades tribales, sin contacto con el mundo exterior, no se manifiestan en absoluto los problemas de soledad presentes en las sociedades occidentales como un padecimiento psicológico habitual.
En esta ocasion, sin embargo, el objeto del estuido era diferente: en el trabajo de campo se estableció una comparación, mediante el estudio de fotografías con distintas expresiones, entre la interpretación que realizaban los indígenas de las emociones que creían que reflejaban los rostros fotgrafiados y la misma interpretación que realizaba otro grupo de control de adolescentes occidentales.
Los resultados revelaron importantes discrepancias. Así si bien, el gesto de sonreír se asociaba por ambos grupos a emociones de contento o alegría, el ceño fruncido u otras expresiones tenían interpretaciones muy diversas según cada uno de los grupos.
En Vivat Psicólogos en Oviedo, estos resultados nos han llamado la atención, no sólo por venir a enmendar concepciones obsoletas, sino porque esta investigación vendría a demostrar que muchos gestos más que innatos son aprendidos y adquieren sentido en el contexto cultural y social. O en definitiva, que acciones como resoplar, suspirar o arquear las cejas pueden tener distinto significado según dónde las hagamos o frente a quien las hagamos. Y eso siginifica que también podemos controrarlas. Interesante ¿no?