Psicólogos Oviedo.
Todos deberíamos aprender a protegernos de la gente toxica, por eso hoy desde Vivat Psicólogos en Oviedo queremos dar a nuestros lectores las claves para combatir ese tipo de personas.
Casi todos conocemos o tenemos en nuestro entorno a personas tóxicas, ya puede ser un amigo, un familiar o un compañero de trabajo; esa persona que no sólo no te escucha, sino que siempre se las arregla para pisotear tus sueños y hacerte polvo cada vez que os encontráis. Pues aunque no lo creas, esa es una persona tóxica para ti, aunque no significa que lo sea para todo el mundo.
Este tipo de personas tienen una conducta conscientemente planificada y no ejercen la violencia (psicológica o física) contra cualquiera. Son personas agresivas de forma selectiva, tal y como nos explica la socióloga Marta Monllor, directora técnica de la Fundación Aspacia, centro de atención a víctimas y agresores.
Desde luego, alguien dañino para ti puede ser una persona no tóxica para otros individuos y hay personas que sólo resultan nocivas cuando les dedicas demasiado tiempo, personas que son tóxicas sólo en ocasiones. Tal vez, cuando están preocupados por algo, se vuelven unos ansiosos contagiosos y egocéntricos que no paran de cargarnos de culpa. Y cuando están tranquilos, son generosos, divertidos y considerados. Te va sonando, ¿verdad? Seguro que conoces a personas así.
Desde nuestro gabinete de psicólogos en Oviedo, te proponemos algunos consejos que te pueden ayudar a protegerte de las personas tóxicas:
- Aprende a poner límites. No hay forma más tonta de perder energía que escuchar a una persona que se ceba en sus problemas y no quiere saber nada de soluciones, en busca de la compasión de los demás para sentirse mejor. Por lo general, lo hacemos por educación: nos resulta violento dejar con la palabra en la boca a ese amigo que lleva ya media hora quejándose. ¿Pero merece la pena? Una buena forma de cortarle es preguntarle cómo piensa arreglarlo.
- Saber escoger tus batallas. A veces, no merece la pena enfrentarse a una persona tóxica y acabas antes si finges no haberla oído o si le das la razón como a los locos. En cada caso, piensa bien qué te sentará mejor, si plantarle cara (y cargar con las emociones negativas añadidas de una pelea) o torearla con arte.
- No entrar al trapo. Si respondes en la misma línea que ellos, dejando que sus emociones te envuelvan y conecten con tus propias debilidades, estás perdido. Las habilidades sociales pueden entrenarse para buscar soluciones pacíficas a los conflictos y no responder al agravio con agravio.
- Ser consciente de lo que sientes. Hacerte responsable de tus emociones te da ventaja a la hora de responder a un ataque tóxico (o decidir que no merece la pena).
- Cultivar tu autoestima. A todos nos influye lo que dicen o piensan los demás, pero hasta cierto punto. Nadie tiene más derecho a juzgar tu propia vida que tú mismo.
- Concentrarte en las soluciones. Si te fijas solo en el daño que alguien te hace, le estás dando poder para seguir causándote problemas. Piensa solo en cómo vas a manejar a esa persona, eso te ayudará a tomar las riendas de la situación.
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No olvidar. Si alguien te ha pisado una vez o te ha faltado al respeto… puedes perdonarlo, pero no le facilites que lo repita. Protégete desde el primer aviso.
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