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MIEDO AL RUBOR O ERITROFOBIA

¿QUÉ ES LA ERITROFOBIA?

Había una chica en Oviedo que era incapaz de salir a la pizarra en clase cada vez que el profesor le pedía que lo hiciera. Prefería mil veces morirse o que le arrancaran la piel a tiras antes que sufrir ese tormento. Sabía, porque ya le había pasado una vez, que en cuanto se pusiera de pié iba a ponerse roja como un tomate. Y solo pensar en ello le hacía sentirse enferma. Esta historia, tan inventada como posible, sucede más a menudo de lo que pensamos. Y a cosas muy parecidas nos hemos enfrentado en nuestra consulta de psicólogos en Oviedo. Veamos en qué consiste.

El miedo a ruborizarse o la pescadilla que se muerde la cola

La eritrofobia es el miedo a ruborizarse irracional e incontrolable y forma parte generalmente de algunos trastornos asociados a cuadros de ansiedad o fobia social. Puede presentarse también como un rasgo distintivo pero latente de la personalidad propia de las personas aquejadas de una timidez exacerbada o patológica. La ertitrofobia se manifestada como un intenso temor a sonrojarse en público o en presencia de otros.

Ese miedo a ponerse colorado tiene efectos perversos pues, los propios esfuerzos por evitar que el rubor aparezca incrementan las posibilidades de que pase o de que se intensifique. Sentirse avergonzado no es una sensación placentera para nadie, pero en ciertas ocasiones puede suponer un verdadero trauma para la persona. Y ahí puede estar la raíz de este padecimiento que, aunque poco frecuente, no es desconocido para los psicólogos. En nuestra consulta de Oviedo lo hemos tratado en alguna ocasión, generalmente vinculados a trastornos de la adolescencia y primera juventud, aunque no se descarta su pervivencia en la edad adulta.

Hay que racionalizar el sonrojo

Desde el punto de vista psicológico, las personas que han vivido un episodio que perciben como extremadamente vergonzante en alguna ocasión – generalmente en la infancia – pueden quedar marcadas por esta fobia. Aunque el hecho de ruborizarse constituye la manifestación fisiológica de una emoción muy concreta – la vergüenza –  evitarlo no es tarea fácil.

Al igual que muchas personas no pueden impedir que les suden las manos cuando se ponen nerviosas o que les tiemble la voz cuando sienten miedo, evitar que el rubor asome a nuestro rostro en una situación sentida como vergonzosa es prácticamente imposible. Nuestro organismo reacciona asociando esas manifestaciones físicas externas como reflejo de una emoción interna y poco se puede hacer cuando nuestra psique envía ese tipo de señales al organismo.

Tratamiento psicológico de la eritrofobia

Lo que sí puede hacerse, es trabajar con la oportuna terapia y un psicólogo, la eliminación o atenuación de la fobia o miedo extremo a sufrir alguna de esas reacciones. Pues el temor irracional actúa como un freno tanto a nuestra capacidad de interacción social como de desarrollo personal. Y constituye además un riesgo de complicaciones aún mayores como la tendencia al aislamiento, la agorafobia o la depresión.

El modo de abordar el tratamiento psicológico de la ertofobia o miedo a ruborizarse es tratar con el paciente de llegar al núcleo y al origen de ese temor. Analizar su pasado en busca de posibles traumas y planificar estrategias para desactivar los mecanismos desencadenantes del miedo y la fuente del miedo mismo. Los psicólogos disponen de muchas herramientas y formas de terapia que, a modo de entrenamiento, nos ayudarán a reconducir los pensamientos de temor hacia parámetros más racionales.

Acostumbrarse poco a poco a las situaciones potencialmente desencadenantes del temor, puede ser una de ellas, mediante pautas de entrenamiento supervisadas por un profesional de la psicología. O banalizar su capacidad desequilibrante provocando la aparición del rubor en situaciones distendidas, incluso en pequeñas terapias de grupo. También visitar a un psicólogo puede ayudarnos a planificar acciones de desbloqueo paulatinas o de respuesta ante la aparición de la situación temida, para evitar caer en un círculo vicioso en que el hecho de avergonzarse es causa de más vergüenza.

Desde Vivat psicólogos hemos ayudado a muchas personas en Oviedo a abordar sus problemas de fobia social y sentimientos de vergüenza extrema incontrolables. Ponte en  contacto con nosotros y descubre los pasos que se pueden dar hacia una vida más plena.