Skip links

LA VIRTUD DE LA PACIENCIA: SABER ESPERAR Y POR QUÉ HACERLO

Considerada como una virtud en el pasado y un rasgo de carácter a ensalzar, hoy la paciencia no goza de un crédito similar. En un mundo que parece girar cada vez más rápido, donde el tiempo se percibe como un recurso escaso y la instantaneidad es la norma, la impaciencia ha arraigado en nuestras vidas. Cualquier espera se percibe como una pérdida de tiempo. Y el acceso inmediato a lo que sea se aprecia como un valor a destacar.  Sin embargo, aprender a cultivar la paciencia puede depararnos curiosas y benevolentes sorpresas. No solo puede mejorar la calidad de nuestras interacciones diarias con otras personas, sino que contribuye significativamente a nuestro bienestar emocional y mental.

Aun cuando al acudir a una cita a consulta con un psicólogo, el reloj maracará la duración de la sesión o la terapia, en psicología el tiempo no funciona como un valor absoulto y objetivo. Puede parecer contradictorio pero todo el mundo sabe, y no solo los psicólogos, que el tiempo pasa de una manera diferente según se esté en una u otra situación, es decir, según el contexto. Tempus fugit, que decían los clásicos, es una afirmación inapelable y muy cierta. Porque está en la naturaleza del tiempo la idea del mero transcurrir.  Pero ese transcurso puede ser ilusorio o fugaz, desesperadamente lento o imperceptible. Y la impaciencia contribuye a deformar nuestra percepción del tiempo y a generar un malestar fácilmente evitable.

Estas son algunas de las estrategias que hoy podemos compartir para cultivar la paciencia como bálsamo reparador de muchas instatisfacciones. Una virtud, no por hoy postergada, menos importante para nuestro crecimiento personal y muy apreciable para lidiar con problemas psicológicos como el estrés, como veíamos en nuestra última entrada.

  1.   Explorando la calma: Mindfulness

La práctica del mindfulness, o atención plena, es una poderosa herramienta para conectar con nuestro entorno y con nosotros mismos a un nivel más profundo. A través de la meditación y la focalización en el momento presente, podemos cultivar la paciencia al aprender a aceptar la realidad tal como es, sin juzgar ni reaccionar de manera impulsiva.

 Perspectivas renovadas

Reenfocar una situación nos permite verla desde diferentes perspectivas, lo que nos brinda la oportunidad de elegir la respuesta más útil y constructiva. Al adoptar una visión más flexible y reflexiva del mundo, podemos reducir la impulsividad y actuar de manera más consciente ante los desafíos que enfrentamos.

 

  1. La calma en la respiración.

La práctica de la respiración profunda es una técnica efectiva para inducir la relajación y calmar la mente. Al sincronizar la respiración con movimientos pausados y conscientes, podemos reducir la reactividad emocional y promover una respuesta más paciente y tranquila frente a las situaciones estresantes.

 

 

  1. El puente hacia la comprensión.

La empatía nos permite comprender y validar las emociones de los demás, lo que fortalece nuestras relaciones interpersonales y nos ayuda a gestionar conflictos de manera constructiva. Al desarrollar la empatía, cultivamos la tolerancia y el respeto hacia los demás, lo que contribuye a nuestra capacidad para ser pacientes y compasivos.

 

  1. Expectativas realistas.

Ajustar nuestras expectativas a la realidad nos permite actuar de manera más adaptativa y racional ante las situaciones que enfrentamos. Al analizar y verificar la objetividad de nuestras expectativas, podemos reducir la frustración y la impaciencia que surge cuando nuestras expectativas no se cumplen.

 

 

La paciencia como herramienta clave para nuestro bienestar emocional

Cultivar la paciencia es un proceso fundamental para el manejo efectivo del estrés y la mejora de nuestro bienestar emocional. Al desarrollar esta habilidad, adquirimos mayor control sobre nuestras emociones y respuestas, lo que nos permite enfrentar los desafíos de la vida con serenidad y eficiencia. El camino hacia una vida más tranquila y pacífica comienza con el cultivo de la paciencia en nuestro día a día.

Reducir y manejar el estrés es fundamental para mantener un equilibrio emocional y promover una buena salud mental y física en general. Incorpora estos consejos en tu vida diaria y observa cómo tu capacidad para enfrentar los desafíos aumenta y tu bienestar mejora. Recuerda que buscar ayuda profesional cuando sea necesario también es una forma valiosa de cuidar tu salud mental.

En Vivat como gabinete de psicólogos en Oviedo con experiencia dilatada en terapias anti-estrés, crecimiento personal o sexología, conocemos todas las bondades que un enfoque paciente de las situaciones puede aportar. Si te interesa saber cómo podemos ayudarte contacta con nosotros. No lo lamentarás.