Psicólogos en Oviedo.
Los psicólogos en Oviedo, como tantos otros profesionales liberales, acogemos en nuestras consultas un número creciente de personas de edad madura o avanzada, y es que la capital del principado, pese a los ocasionales repuntes de la natalidad y al aporte de la inmigración, es cada día una ciudad con mayor número de mayores, valga la expresión.
Así, según los datos estadísticos del propio Ayuntamiento de Oviedo, las personas mayores de 55 años constituyen más de un tercio de la población ovetense; un 36,61 % para ser exactos. Un porcentaje con fuertes visos de incrementarse en los próximos años a tenor de esas misma estadísticas
Y es que es un hecho incontestable que las sociedades occidentales envejecen – desde el punto de vista demográfico – a pasos agigantados. Al margen de otro tipo de problemas, como psicólogos en Oviedo, al servicio de sus ciudadanos y los de toda Asturias, en Vivat Psicólogos estamos preparados para atender la demanda de servicios gerontológicos relacionados con la psicología. Y son muchas las terapias psicológicas que pueden aplicarse a problemas relacionados con el envejecimiento, tales como la demencia senil, y que contribuyen a paliar problemas propios de la edad avanzada o que se ven agravados con esta.
Superando concepciones reduccionistas afianzadas en la psicología evolutiva académica, tan en boga en años pasados, no podemos quedarnos anclados en las incontestables aportaciones de Piaget, que han atribuido una relevancia quizá desproporcionada al estudio de la infancia y la adolescencia, por su incidencia en la formación de la personalidad. Y ello porque, a veces, ese estudio se ha hecho en detrimento del análisis de otros procesos psicológicos que se desarrollan a lo largo de toda la vida. Por eso en Vivat Psicólogos somos partidarios de una visión más amplia, que incluya la debida atención a esos otros procesos y para ello recomendamos el interesante estudio de Rocío Fernández Ballesteros, de la Universidad Autónoma de Madrid: Psicología y envejecimiento. Retos internacionales para el siglo XXI, publicado en la revista Psychosocial Intervention en 2001, que pese al tiempo transcurrido, continúa vigente en muchos aspectos, y que ha servido de punto de partida para que los psicólogos mostremos una creciente atención al envejecimiento y su vertiente psicológica.
Porque envejecer, lejos de una maldición bíblica, como podría pensarse, es un éxito evolutivo de nuestra especie, que nos permite alcanzar edades cada vez más avanzadas a la vez que se abren nuevos frentes para la investigación orientada a proporcionarnos una calidad de vida creciente en ese proceso al que todos aspiramos, en principio.