¿Las fobias y los miedos son lo mismo?
Mucha gente cree que el miedo y las fobias son lo mismo, pero no. El miedo es una emoción primaria que se puede superar con voluntad enfrentándose al objeto o situación que lo genera. Es algo consustancial al ser humano y guarda relación con mecanismos evolutivos o atavismos cuyo fin no es otro que la autoprotección y el instinto de conservación.
Estas emociones que generan alerta o activan ciertas reacciones, a veces pueden descontrolarse. O distorsionarse hasta causar verdaderos problemas cuando su carácter irracional es prevalente y no permite un desarrollo normal de nuestras actividades ordinarias. Cuando hablamos de fobias lo estamos haciendo ya de un trastorno psicológico de mayor o menor intensidad que, en ciertos estadios, requiere del oportuno tratamiento.
Clases de fobias
Fobias y miedos nos acompañan desde que el mundo es mundo, pero hay que evitar que anulen o condicionen nuestra vida cotidiana. En estos casos, pedir cita a un psicólogo puede ser el primer paso para normalizar tales trastornos.
Algunas clases de fobias más comunes
En psicología, como en tantos ámbitos, prolifera un afán taxonómico o clasificatorio a veces exagerado o poco exacto. Su consecuencia es la creación de nomenclaturas específicas para mucha clase de trastornos. Queremos etiquetarlo todo y clasificarlo todo. Sin embargo, cualquier psicólogo experimentado es consciente de la dificultad de deslindar muchas situaciones utilizando una simple etiqueta o nombre. Las interrelaciones entre síntomas y consecuencias suelen complicar los análisis demasiado simples.
Los psicólogos trabajamos con personas y la psique humana, la personalidad y el mundo de las emociones es suficientemente complejo como para contentarse con simplificaciones reduccionistas. Así y todo vamos a repasar las denominaciones de algunas de las fobias más habituales. Y otras que no lo son tanto.
Acrofobia
Es el miedo extremo a las alturas, y es una de las fobias que más personas sufren. Puede experimentarse en una variedad de situaciones, como bajar escaleras, mirar por un balcón, cruzar puentes, asomarse a la ventana de un edificio, subir a un avión, etc,. La sensación de vértigo o temor a las alturas, psicológicamente puede tener sus orígenes en algún tipo de experiencia traumática, o un desencadenante en un momento dado.
Quienes padecen este tipo de problema, suelen ser reacios a acudir al psicólogo, pues lo consideran una mera característica de su personalidad. Sin embargo, puede abordarse su tratamiento, para superar o mitigar sus efectos.
Claustrofobia
Es el miedo intenso e irracional a quedarse atrapado en un lugar cerrado y no poder salir. Una fobia muy común pero que en sus estadios más intensos condiciona la vida de muchas personas. Algunos pueden llegar a verse incapacitados para coger un ascensor o subirse a un vehículo.
Entomofobia
Es una repulsión patológica a todos los insectos en general y criaturas similares. En definintiva, el miedo a los bichos. Está entre una de las fobias más comunes, y probablemente sea la fobia frente a animales más padecida. De índole muy parecida y más específica es la aracnofobia o temor irracional a las arañas. Conviene recordar que una cosa es el mero temor o la repugnancia y otra un pánico cerval ante la mera posibilidad de encontrarse en presencia de una de estas especies.
Aerofobia
Esta denominación se emplea para designar el miedo a volar o a usar cualquier medio de transporte aéreo. Puede ser una fobia por sí misma, o puede ser una manifestación de una o más fobias, como la claustrofóbia o la acrofóbia. Existen terapias para dejar de tener miedo a volar a las que muchas personas recurren con diversos resultados. Si no son impartidas por psicólogos nuestra recomendación es desconfiar de su eficacia.
Zoofobia
Al igual que la anterior, su desencadenante es fácilmente deducible. Se trata una fobia genérica hacia cualquier especie animal. A veces a determinado orden o familia, como pueden ser los reptiles o los anfibios. Suele afectar en mayor medida a las mujeres y este miedo suele adquirirse por verlo en series o películas, o por malas experiencias anteriores.
Fobias raras y temores poco comunes, o no tanto
Entre los aficionados a la psicología, causan sensación las fobias más extrañas. Aquellas que, probablemente, no sabíamos ni que existían; o alguna fobia que, secretamente compartimos o comprendemos pero que no nos atrevíamos a calificar como tal. He aquí algunas de ellas.
Amatofobia
Quizás una de las menos conocidas, pero de las más comunes es esta fobia que crea un miedo irracional al polvo y a la suciedad.
Arsonfobia
Causa un miedo irracional y enfermizo al fuego o a los incendios. Esta fobia también es conocida bajo el nombre de pirofobia. Partimos de un elemento peligroso y al que insitintivamente rehúyen la mayor parte de los animales. Sin embargo esta fobia impide racionalizar el riesgo objetivo que puede producir el fuego y desata un temor que puede ser incluso paralizante por la mera presencia de un hogar encendido o la visión lejana de una columna de humo.
Astrafobia o Brontofobia
Es el temor enfermizo a los truenos, relámpagos y rayos, y/o a ser alcanzado por uno de ellos. Algunas personas lo pasan verdaderamente mal durante una tormenta con aparato eléctrico. Se trata de otro claro ejemplo de un atavismo o de una fobia con fundamento racional pero que puede llegar a dispararse hasta desencadenar un auténtico sufrimiento en la persona que la padece.
Autodisomofobia
Una fobia bastante curiosa es la autodisomofobia, relacionada con el miedo extremo a oler mal. Muy emparentada con la fobia social, por el miedo al juicio social que se daría por el mal olor corporal.
Basofobia
Esta fobia está generada por el temor a sufrir una caída con la que el cuerpo pueda padecer cualquier tipo de heridas o roturas de huesos. Esta fobia limita de manera muy notable la autonomía y la participación en actividades de la vida cotidiana. Suele darse en personas de cierta edad pero tampoco es privativa de ellas.
Batofobia
Es el miedo extremo a las profundidades o aquellas situaciones e las que no se puede ver la parte inferior de su cuerpo. Habitualmente se asocia con lugares llenos de agua como el mar. Todos conocemos a personas que detestan nadar en lugares profundos como sucede en alta mar o en el interior de los pantanos.
Belenofobia
Es el terror irracional a elementos cortantes, a las agujas, a las jeringuillas y la posibilidad de recibir una inyección. De hecho, es una de las más comunes, algunos estudios afirman que más de un 10% de la población la padece.
Cimofobia
Es el miedo a las olas del mar o de los océanos. Se relaciona con otras fobias parecidas, como puede ser, la acuafobia (el miedo al agua), la talasofobia (miedo a masas desproporcionales de agua), la batofobia (hablamos de ella anteriormente) y la ablutofobia (el miedo intenso al agua usada para el aseo diario).
Coimetrofobia
Esta fobia tiene bastante carga cultural. Se trata del miedo insuperable a los cementerios y aspectos relacionados con ellos, como son los cadáveres, las lápidas, y los zombis entre ellos. Aunque pueda parecer una fobia común, no es tan habitual.
Coulrofobia
Mucho más conocido como miedo a los payasos y a los mimos. Afecta principalmente a los niños, pero se pueden presenciar en las demás etapas de la vida. Lo que más aterroriza a la gente que lo padece, son los maquillajes excesivos y la ropa extravagante, las cuales les permiten ocultar su verdadera identidad.
Dentofobia
Es la fobia a todo lo relacionado con los dientes, la visita al dentista o el simple hecho de pensar en ello. Este miedo no es nada beneficioso, pues debido a este problema se ocasionan graves problemas de salud bucal, evitando a toda costa la estancia en la consulta dental. Según un estudio, más del 75% de adultos experimentan algún tipo de «miedo dental».
Eritrofobia
La Eritrofiba es el temor profundo a ruborizarse ante determinadas situaciones. Ya nos hemos ocupado de esta fobia en alguna entrada anterior. No es más que una manifestación extrema de una timidez intensa cuando se puesta a prueba y el temor que genera esta reacción incontrolada del organismo, o más bien a ser percibida por los demás.
Gelotofobia
Se trata de un miedo arraigado a que se burlen de uno. A hacer el ridículo o verse expuesto a una situación de menosprecio o chanza generalizada. Muchos niños y adolescentes sufren este tipo de miedo, a mayo o menor escala. Superarlo, forma parte del desarrollo saludable de la personalidad y tiene que ver con las interacciones sociales. Las personas que sufren esta fobia no son capaces de ver la risa en su aspecto y valor positivo, solo pueden verla como una burla a modo de amenaza.
Glosofobia
Otra de las fobias más comunes, relacionada con las habilidades sociales es el miedo que genera ansiedad a la hora de hablar en público. Las personas que lo sufren experimentan un temor excesivo, irracional e incontrolable ante dichas situaciones.
Katsaridafobia
En nuestra consluta de psicólogos en Oviedo hemos tratado alguno de estos casos. Lo importante no es tanto el nombre que le pongamos a nuestro problema, sino saber reconocerlo e identificarlo como tal para buscar una solución. Una terpia psicológica adecuada puede ser de gran ayuda en algunos casos graves o especialmente incapacitantes. Si fuera así, os animamos contactar por e-mail o en nuestro teléfono 647 616 404.
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