Son muchos los beneficios de la meditación como técnica de tratamiento de ciertas afecciones o estados psicológicos, así como elemento de contribución al mero bienestar o al mantenimiento del equilibrio emocional.
La meditación como técnica hunde sus raices en tradiciones predominantemente orientales de las que han surgido grandes gurús de la meditación en el mundo contemporáneo como Osho o Krishnamurti. Pero más allá de consideraciones cuasi místicas, existen diversos estudios científicos que corroboran los efectos beneficiosos de la meditación para paliar problemas como el estrés y otros muchos asociados al modo de vida urbano y occidental. Quizás debido a ello su uso y aceptación se hecho creciente entre muchos psicólogos en Oviedo, que como Vivat Psicólogos reconocen su probada utilidad.
Sin embargo, la meditación puede ir más allá. Al parecer, podría incluso hacernos más compasivos.
Y es que a raíz de los recientes atentados terroristas de París, muchas personas se han planteado como sus ejecutores han podido llegar a tal grado de deshumanización y suprimir cualquier vestigio de empatía hacia sus víctimas. Existen, sin duda, numerosas técnicas de control mental, manipulación y lavado de cerebro que nos pueden dar respuesta a esto.
Como contrapunto positivo, existirían igualmente técnicas de meditación que operarían en sentido inverso, incrementando nuestros niveles de empatía y compasión hacia los demás.
En un reciente estudio de la Universidad del Nordeste en E.E. U.U. publicado por la revista Psychological Science, se sometió a sus participantes en un programa de formación en meditación a un revelador experimento estadístico:
En un escenario preparado de antemano se sentó a dos actores y a un involuntario participante de la investigación en una sala de espera. En un momento dado un tercer actor con muletas entraba y simulaba padecer fuertes molestias mientras intentaba sentarse con gran dificultad. Entretanto, los otros dos actores presentes, actuaban con total indiferencia, ignorando la situación mientras miraban sus móviles o alguna revista.
Los resultados revelaron finalmente que más del 50% de los individuos que habían recibido formación en meditación, prestaron ayuda efectiva a la persona en dificultades. Por el contrario entre quienes no recibieron dicha formación solamente un escaso 15% actúo de de ese modo y socorrió a la persona necesitada de auxilio.
Este estudio tan elocuente, indicaría que la práctica y los conocimientos en meditación de las personas contribuirían a obrar de un modo más altruista y empático, sobreponiéndose al “efecto espectador” (factor psicológico que reduce la probabilidad de intervenir ante una situación de emergencia si están más personas presentes). De ser así, las técnicas de meditación aportarían un efecto beneficioso no sólo a nivel individual sino a nivel social, haciendo de nuestro mundo un mundo un poquito más solidario. Ahí es nada.