Psicólogos en Oviedo.
Tomar la iniciativa de acudir al psicólogo en busca de terapia de pareja es un paso difícil. En nuestra experiencia en Vivat Psicólogos Oviedo constatamos que ese primer paso suele darse más a instancias de la mujer que del varón, aunque no siempre. En muchas ocasiones es una decisión compartida, si bien también es frecuente que ese aparente consenso oculte alguna clase de ultimátum o presiones por parte de uno de los miembros de la pareja para acudir al psicólogo.
Lo importante es no postergar la decisión de acudir a una terapia psicológica de pareja, cuando se es consciente de que existe un deterioro en las relaciones afectivas, en nuestro matrimonio o relación sentimental y, lo que es más importante, una voluntad de superar esos problemas o esa situación.
Como psicólogos en Oviedo, con una trayectoria consolidada en el tratamiento de problemas de pareja, en Vivat sabemos que esos son precisamente los dos primeros parámetros a considerar, a la hora de evaluar cuándo es pertinente acudir a un psicólogo para superar problemas de pareja o si es mejor dejarlo correr, o simplemente terminar con la relación. La conciencia de que existe un problema y la voluntad de solucionarlo. Son dos aspectos en los que debe existir un acuerdo mutuo o, al menos una aceptación, por parte de ambos miembros de la pareja, con independencia de a quién se le ocurra primero la idea de que una terapia psicológica pueda ser la solución.
Partiendo de esas dos premisas, y añadiéndole una tercera, podríamos distinguir en toda terapia de pareja, una fase preliminar o preparatoria, necesaria pero no suficiente, para abordar con éxito los problemas con ayuda de un profesional de la psicología, en la que tendríamos:
– El reconocimiento del problema.
Algo imprescindible y que condicionará muchas veces el éxito o el fracaso de una terapia de pareja. En muchas relaciones, uno o ambos miembros pueden vivir instalados en la negación. A veces, porque es más cómodo hacerlo así. O por cobardía. Por temor a abrir más la brecha. Por miedo a la posibilidad de tener que afrontar la propia soledad o por simple resistencia al cambio. Sin embargo, un ejercicio sincero de introspección nos devolverá el reflejo de nuestra situación sentimental y si existe un problema y no lo queremos abordar, no sólo no desaparecerá con el tiempo sino que, en la mayoría de los casos, se agravará. Y esto es algo que conocemos muy bien los psicólogos de pareja. Sin embargo, existe una tipología de problemas en las relaciones de pareja, casi tan variada como la propia personalidad humana, a veces relacionados con aspectos esenciales de la sexualidad y otras veces totalmente ajenos a ella. Y los primeros en reconocerlos y aceptarlos han de ser quienes sufren sus consecuencias.
– La voluntad de solucionarlo.
Una voluntad firme de superar la situación actual, aunque en un primer momento no exista consenso sobre el modo de hacerlo o aunque esa posible solución se nos aparezca como demasiado ardua o incluso inviable. En ocasiones se acepta la existencia del problema. Se habla de él en pareja. Incluso se trata de afrontarlo. Pero si estos esfuerzos fracasan, se tiende a claudicar. Bien por la mera decepción o bien por lo traumático de los intentos fallidos de solucionarlo. Simplemente aceptamos convivir con ese problema o situación y nos negamos a removerla. En esos casos, acudir a una terapia de pareja con el psicólogo, además de un compromiso, supone rebelarse contra esa situación y tratar de darle la vuelta. Compromiso y valentía, algo que todos tenemos en mayor o menor medida y a lo que debemos recurrir en ocasiones como éstas.
– Aceptación del trabajo terapeuta.
La decisión de acudir a terapia de pareja, no implica reconocer nuestra propia incapacidad para superar problemas o conflictos, sino la suficiente inteligencia emocional como para recabar ayuda de quien con toda probabilidad podrá prestárnosla. El psicólogo especializado en terapia de pareja siempre puede ofrecernos un punto de vista diferente, con el que no contamos. Externo, y ya sólo por eso más objetivo, pero además profesional. Es decir, experto y además conocedor de las herramientas con las que podemos focalizar nuestros esfuerzos para superar problemas de pareja, que de otro modo se estrellarían contra los mismos muros o las mismas dificultades de siempre. Y es que, a veces, pequeños problemas se enquistan y forman algo semejante a callosidades en nuestra relación de pareja y es necesario saber abordarlos, pulirlos e incluso, finalmente eliminarlos. Otras veces, la terapia de pareja, nos permitirá ahondar en situaciones profundamente enraizadas que es conveniente erradicar. Pero para ser efectiva, debemos abrirnos emocionalmente y ofrecer nuestra sinceridad y nuestra voluntad de colaborar, para de ese modo aprovechar todas los instrumentos y técnicas que nos facilite el terapeuta, como tributo a esa voluntad de solucionar los problemas. Algo que siempre requiere coraje. Y compromiso.
Por eso, desde Vivat Psicólogos Oviedo, os animamos a acudir a psicólogos especializados en terapia de pareja, porque nunca es demasiado pronto. Ni demasiado tarde.